Aprende a detener la taquicardia en menos de 1 minuto con éstas técnicas

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La taquicardia el aumento de la frecuencia cardíaca causada por una contracción demasiado rápida de los ventrículos. Cuando esta frecuencia cardíaca aumenta a cien latidos, se considera que se está produciendo una taquicardia.

Cuando ocurre la taquicardia provoca que el corazón no sea capaz de bombear la sangre de forma eficiente al resto del cuerpo, lo que hace que algunos órganos o tejidos se queden sin oxígeno suficiente. Todo ello tiene como resultado mareos, dificultad a la hora de respirar, pulso rápido, dolor en el pecho y, en los casos más graves, desvanecimiento.

Esto puede originarse sin razón aparente o como una reacción normal de personas que sufren de hipotiroidismo, estrés o fatiga. De cualquier modo, es de suma importancia saber como detener la taquicardia, para así tener el tiempo de asistir con un médico para una correcta revisión.

Aprende a detener la taquicardia en menos de 1 minuto con éstas técnicas

Para detener la taquicardia de forma natural, te aconsejamos seguir cualquiera de estas 2 técnicas y lo lograrás en menos de 1 minuto.

Técnica 1 para detener la taquicardia: Con respiraciones profundas

En este caso sólo deberás mantener una respiración controlada por varios minutos. Inhala todo el aire que puedas, hasta sentir que no puedes inhalar más. Luego, exhala rápidamente todo el aire de los pulmones. Lo más rápido que puedas, hasta no tener nada para exhalar.

Respirar al límite de la capacidad pulmonar, te ayudará a bajar el ritmo cardíaco. Estas respiraciones son más intensas que las respiraciones profundas, por lo que no podrás sostenerlas por mucho tiempo.

Técnica 2 para detener la taquicardia: Con agua fría

Necesitarás agua fría, mientras más fría mejor. Si no tienes, llena un recipiente profundo con agua y vierte varios hielos dentro. Elige un recipiente lo suficientemente grande en donde quepa tu cabeza. Cuando notes que el pulso se acelera y el ritmo mantiene una velocidad rápida, toma una respiración profunda, aguanta y sumerge tu rostro en el agua fría (con que tengas todo el rostro hundido en el líquido es suficiente, puedes dejar tus oídos fuera). Permanece allí todo lo que puedas.

Cuando el rostro entra en contacto con el agua fría, se estimulan los nervios que actúan en el ritmo cardíaco. Ante el frío extremo, el cerebro envía señales al resto del organismo para ralentizar el metabolismo, lo que conduce a una desaceleración del corazón. Esto es conocido como el “reflejo de los buzos”.

Nota:En el momento en el que sienta que su ritmo cardiaco aumenta de forma incontrolada, o sin ningún motivo aparente, debe acudir lo antes posible al médico para recibir atención.

Fuente e imagen: Mimundoverde.org

 

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