UN SIMPLE DIENTE DE AJO
Los beneficios del ajo fueron reconocidos por chinos, hindúes y egipcios; entre ellos están combatir los efectos de la vejez y el cáncer. El ajo es el súper alimento más viejo de la humanidad. Con el ajo puedes tratar naturalmente la presión arterial alta, el reumatismo, las diarreas, el cólico estomacal provocado por parásitos; asimismo tiene la capacidad de reducir el agotamiento físico y las enfermedades nerviosas.
También se destaca por ser un poderoso estimulante del apetito, ayuda a tener una buena digestión, evita la acidez estomacal, activa la circulación ayudando al buen funcionamiento del corazón y es un buen protector del hígado y la vesícula, manteniéndolos saludables y fuertes.
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Su efecto antioxidante es el responsable de la reducción de quienes lo toman y su incidencia en muchos tipos de cáncer como el de próstata, colon, recto, estómago, mamas, pulmones y vejiga.
El ajo tiene una influencia directa en la reducción del colesterol, y en la reducción de la presión arterial.
El Ajo contiene Alicina, un compuesto que si bien es el responsable del olor característico de esta hierba, es también el origen de los efectos positivos que tiene para la salud. La Alicina es un antioxidante natural, que evita el deterioro de las células, y, por ende, extiende su vida. Para quienes quieren mantener su aspecto joven y retrasar la vejez, el consumo de Ajo debe ser parte primordial de la dieta diaria.
Es un anti inflamatorio natural, así como un antimicótico efectivo. Se han realizado estudios donde se ha demostrado que las personas que consumen ajo con regularidad, sufren menos picadas de garrapatas, y desarrollan menos infecciones producidas por hongos.
Para obtener todos los efectos beneficiosos del ajo es importante consumirlo fresco, pues los beneficios de la Alicina se pierden rápidamente. Es un compuesto muy inestable y tiende a deteriorarse rápidamente.
Fuente e imagen: El ajo